½ Kg. Garbanzos
¼ Kg. Judías verdes
1 Patata hermosa
1 zanahoria
¼ Kg. de carne de magro de cerdo
¼ Kg. de ternera de guiso
¼ Gallina
¼ de tocino fresco
1 Hueso de jamón serrano
1 Hueso blanco
Se ponen en remojo los garbanzos el día anterior, deben estar por lo menos 8 horas.
Es conveniente que quitemos la piel y todos los restos de grasa a la gallina
El hueso de jamón se escalda y se raspa con el cuchillo para que no de sabor a rancio al caldo.
En muchos hogares es costumbre salar la carne el día anterior, al hervirla con los garbanzos perderá casi toda la sal y se queda más gustosa, claro que antes de ponerla en la olla, se lava bien para quitarle todos los restos de sal.
En una olla grande poner los garbanzos, los huesos y la carne, cubrir con agua bastante, luego sacaremos el primer plato de la cena de ahí.
Cuando empieza a hervir estaremos pendientes de quitar toda la espuma que sueltan los garbanzos, mirando de vez en cuando.
Dejar hervir a fuego medio hasta que los garbanzos y la carne estén blandos. Llegados a este punto sacamos las carnes y el caldo sobrante, este lo colamos en otro recipiente.
Añadimos las verduras y las patatas partidas a cuadros, del tamaño de nuestro gusto.
Dejar que se ablanden y servir.
Se sirve un primer plato con los garbanzos, las verduras y las patatas.
De segundo se presenta una fuente con todas las carnes que hemos empleado.
Otra costumbre muy andaluza es servir un picadillo de tomate, pimiento y cebolla muy menuditos, agregando unas cucharadas a los garbanzos le da un sabor especial.
Para la cena podemos preparar con el caldo una exquisita sopa de picadillo.
Si sobra carne es ideal para hacer croquetas, las caseras están riquísimas.